Abraham Alonso
3 minutos de lectura
Un nuevo estudio revela cómo somos capaces de anticipar lo que van a decir nuestros interlocutores y, así, acabar sus frases antes de que ellos lo hagan.
Una de las hipótesis más extendidas y aceptadas entre los
neurocientíficos establece que este mecanismo tiene mucho que ver con la
propia producción del lenguaje.
Esto es, mientras escuchamos o leemos, en nuestro cerebro se activan
distintas áreas relacionadas con la comprensión del mismo y el
procesamiento de la información.
En un informe publicado en SINC a propósito de este asunto, se indica
que, en ese momento, se pone en marcha, además, otra red de circuitos
cerebrales relacionados con la producción del lenguaje. Los expertos del
BCBL señalan que algunos estudios ya habían mostrado la existencia de
un vínculo entre esta capacidad y la predicción que hacemos de lo que se
va a decir, pero indican que, hasta ahora, aún no estaba claro cómo se
construía ese nexo.
Clave para conversar
Según explican en un ensayo publicado en Scientific Reports,
para arrojar algo de luz sobre esta cuestión llevaron a cabo un
experimento en el que participaron 60 personas, divididas en dos grupos.
Estas debían leer un centenar de oraciones que iban apareciendo,
palabra tras palabra, en el monitor de un ordenador.
A la vez, los investigadores examinaron la actividad eléctrica de su
cerebro. La idea era que los integrantes del primer grupo leyeran las
frases en silencio, mientras que pronunciaban una y otra vez una misma
sílaba, lo que bloqueaba el sistema motor implicado en la producción del
lenguaje. En los miembros del segundo esto no ocurría, ya que
simplemente tenían que hacer un leve ruido con la lengua a la vez que
leían.
Clara D. Martín, una experta en psicología cognitiva del BCBL que ha coordinado esta iniciativa, apunta en el citado informe del SINC que si el sistema motor involucrado en la producción del lenguaje fuese imprescindible para anticipar palabras durante la lectura, los sujetos del primer grupo no podrían predecirlas. Pues bien, así fue. El segundo grupo consiguió anticipar más las palabras, una habilidad que, para Martín, favorece la percepción y la comprensión del lenguaje y hace que este sea más eficaz. “Contar con una palabra preactivada en el cerebro significa que será mucho más fácil reconocerla e integrarla”, asegura. Los resultados del estudio confirman, de este modo, la importancia que tiene esta forma de predicción para facilitar la fluidez en una conversación.
Referencia: Prediction is Production: The missing link between language production and comprehension. Clara D. Martin et al. Scientific Reports. Volume 8 (2018). Doi:10.1038/s41598-018-19499-4
Clara D. Martín, una experta en psicología cognitiva del BCBL que ha coordinado esta iniciativa, apunta en el citado informe del SINC que si el sistema motor involucrado en la producción del lenguaje fuese imprescindible para anticipar palabras durante la lectura, los sujetos del primer grupo no podrían predecirlas. Pues bien, así fue. El segundo grupo consiguió anticipar más las palabras, una habilidad que, para Martín, favorece la percepción y la comprensión del lenguaje y hace que este sea más eficaz. “Contar con una palabra preactivada en el cerebro significa que será mucho más fácil reconocerla e integrarla”, asegura. Los resultados del estudio confirman, de este modo, la importancia que tiene esta forma de predicción para facilitar la fluidez en una conversación.
Referencia: Prediction is Production: The missing link between language production and comprehension. Clara D. Martin et al. Scientific Reports. Volume 8 (2018). Doi:10.1038/s41598-018-19499-4