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viernes, 6 de abril de 2018
jueves, 5 de abril de 2018
La arriesgada vida de las mujeres desterradas por menstruar en Nepal
En Nepal, una tradición sobre la impureza de la sangre menstrual obliga a las mujeres con la regla a exiliarse, algo conocido como chaupadi.
Por Sarah Stacke - National Geographic
Fotografías de Poulomi Basu
La
madre de la fotógrafa Poulomi Basu, viuda, no puede vestir de color
rojo. En la India, el país donde nació Basu, el rojo simboliza la pureza y el pecado
y también se usa para marcar las ocasiones felices. La cultura
tradicional hindú dicta que las viudas solo pueden vestir saris de tela
blanca —el color del luto y de la muerte— durante el resto de su vida.
Además, se les prohíbe asistir a celebraciones o volver a casarse.
En
los 16 años que han pasado desde la muerte de su padre, Basu, de 33
años, ha convencido a su madre para remplazar sus saris blancos con
telas de colores más vivos, pero todavía no viste de rojo ni de rosa.
Basu ha conseguido cambiar el rumbo de una tradición represiva en la
vida de una de las personas más importantes de su mundo: su madre.
«Empieza una por una», así explica Basu su enfoque sobre cómo generar
cambio.
«A medida que crecía, me di cuenta de cómo se usaban las costumbres y las tradiciones como fuerzas para someter y controlar a las mujeres», y esto incluye el uso del color, explica.
En su serie A Ritual of Exile,
Basu estudia el rojo como color relacionado con la sangre de la
menstruación. Su objetivo a largo plazo es contribuir a poner fin a la
arraigada práctica hindú del chaupadi, que aísla a las mujeres
con la regla y las sitúa en un ciclo normalizado de violencia perpetuada
por la costumbre, la tradición y la religión.
Su obra,
fotografiada en Nepal, revela las situaciones extremas que las mujeres
en regiones rurales soportan durante una semana al mes durante los 35 o
45 años de su ciclo menstrual. Las mujeres son expulsadas de sus casas,
ya que se las ve como impuras, intocables y con el poder de provocar
desastres para las personas, el ganado y la tierra cuando sangran.
Algunas se quedan en cobertizos cercanos, mientras que otras deben
viajar a 10 o 15 minutos de sus casas a pié, atravesando densos bosques
para llegar a pequeñas cabañas aisladas. Durante su exilio, las mujeres
se enfrentan a —y frecuentemente mueren por— las altas temperaturas, la
asfixia por los fuegos que encienden para mantenerse en calor durante el
invierno, el veneno de las cobras y las violaciones.
Basu comenzó
su proyecto en 2013, visitando Nepal una media de dos semanas al año.
Es difícil acceder y suele depender de guardianes como los maridos, las
suegras, las profesoras y de las mujeres temporalmente marginadas. Basu,
que tuvo que caminar entre seis y ocho horas sobre terreno montañoso
para llegar a las aldeas donde tiene lugar el chaupadi, ha
tenido tiempo para reflexionar. «No podía creerme cuánto dolor había en
esa belleza y ese paisaje que asociamos a la libertad, la aventura y la
evasión», explica. Para Basu, el elevado y turbulento paisaje rural de
Nepal —ya sea un brillante cielo lleno de estrellas o las nubes de una
tormenta inminente— ha llegado a simbolizar el dolor que sufren las mujeres de allí.
«Mi
trabajo es muy silencioso porque gran parte tiene que ver con la lucha
silenciosa y la protesta silenciosa» que acompañan a la opresión de las
mujeres en una sociedad patriarcal, señala Basu.
Basu piensa en la
historia de Lakshmi, una mujer de unos 30 años con tres hijos. Su
marido la dejó hace cinco años y nunca regresó. Pero Lakshmi va
obedientemente al exilio cuando tiene la regla. Su suegra se lo impone.
Lakshmi se ve obligada a llevarse a su hijo con ella al remoto páramo.
A continuación, cuenta la historia de una profesora de escuela, una de las pocas mujeres que conoció en las aldeas que no practicaba el chaupadi.
Cuando su mejor amiga murió después de que la violaran en el exilio, su
marido apoyó su decisión de abandonar la tradición. A fin de cuentas,
para Basu este fue un momento alentador en la historia del chaupadi.
Una
de sus imágenes favoritas muestra a Chandra Tiruva, de 34 años, y a su
hijo, Madan, de 2 años, compartiendo una cabaña con Mangu Bika, de 14
años. Las mujeres que practican el chaupadi al mismo tiempo
duermen la una cerca de la otra. «Es un momento muy tierno», afirma
Basu. «Aún en el exilio, el niño busca el pecho de la madre. Es un
momento de paz y amor dentro de ese espacio».
Basu sabe qué se
siente cuando otros toman decisiones por ti y la ira y la frustración
que provoca. «No se me permitía entrar en una cocina cuando tenía la
regla y las festividades religiosas me estaban prohibidas cada vez que
sangraba», recuerda.
También está familiarizada con la fuerza de
una madre que hace todo lo que puede para ayudar a su hija a salir de un
ciclo de sufrimiento e injusticia. Tras la muerte de su padre, el
hermano mayor de Basu, bastante conservador, se convirtió en el cabeza
de familia. Basu decidió irse de casa y, con la inesperada ayuda
financiera y el apoyo de su madre, se trasladó a Bombay. Este fue un
importante catalizador para la vida libre de limitaciones tradicionales
que lleva ahora. «No mucha gente tiene la alternativa que yo tuve»,
admite Basu. «Si [mi madre] hubiera llorado y se hubiera derrumbado y
hubiera dicho que no podía irme, no me hubiera marchado».
En sus
fotografías, Basu reconoce la conexión emocional que establece entre sus
propias experiencias y las madres que protegen por instinto a sus hijos
en circunstancias extremas.
Aunque el Tribunal Supremo de Nepal declaró ilegal el chaupadi en
2005, las mujeres a quienes fotografía Basu han sido educadas para
aceptar la tradición sin protestar. Pero mantener la boca cerrada no
implica que hayan aceptado el chaupadi para sus hijas. Unas cuantas han preguntado a Basu de forma clandestina: «¿Te llevarías a mi hija? Llévatela a la ciudad contigo. Llévatela, corre».
El camino hacia la revolución no es fácil, afirma Basu.
Lo que hace tu cuerpo mientras duermes
Cuando apagamos la luz y nos rendimos al sueño arranca un proceso bastante curioso.
Con el ritmo de vida
actual, cada vez más ocupados (¡tantas cosas por hacer!), dormir puede
parecernos bastante improductivo, pero solo porque no estés despierto, no significa que no estén pasando cosas en tu cuerpo.
Durante esas 6, 7 u 8 horas diarias de sueño pasamos por diferentes etapas de sueño en las que ya conocemos que si nos despertamos durante la primera etapa sentiremos que no hemos dormido nada en absoluto. Justo en esta etapa es cuando es más fácil que nos despertemos. Los músculos se relajan y comienza el movimiento ocular lento.
Durante esas 6, 7 u 8 horas diarias de sueño pasamos por diferentes etapas de sueño en las que ya conocemos que si nos despertamos durante la primera etapa sentiremos que no hemos dormido nada en absoluto. Justo en esta etapa es cuando es más fácil que nos despertemos. Los músculos se relajan y comienza el movimiento ocular lento.
La segunda etapa es lo
que Philip Gehrman, profesor asistente de psiquiatría de la Universidad
de Pensilvania (EE. UU.), afirma que es el "sueño promedio", donde pasamos la mitad de la noche. En esta etapa las ondas cerebrales son lentas -con algunas variaciones rápidas- y tanto nuestro ritmo cardíaco como la presión arterial
se vuelven más lentas e irregulares. Esto significa que, durante gran
parte de la noche, el corazón y el sistema vascular está recibiendo un
muy necesario descanso, lo que podría ayudar a explicar los muchos
beneficios cardiovasculares de dormir.
Así, en resumidas
cuentas en esta segunda etapa: nuestra respiración y el latido de
nuestro corazón se vuelven regulares, la temperatura del cuerpo
desciende, perdemos la sensación del lugar en el que nos encontramos,
las ondas cerebrales se vuelven más lentas y el movimiento de los ojos
cesa. Un poco más tarde, la presión arterial cae y los músculos se relajan aún más.
Los movimientos oculares son uno de los actos más conocidos en la etapa del sueño
La tercera etapa es nuestro sueño más profundo,
y es cuando nuestras ondas cerebrales se transforman en ondas
restaurativas, lentas y de gran amplitud. Prácticamente la mayoría de
nuestras funciones corporales se ralentizan durante este tiempo y
nuestros cuerpos comienzan a repararse. La energía se restaura.
También es la fase en la que las personas caminan dormidas, hablan o comen.
El sueño REM es donde experimentamos sueños vívidos. Algunos expertos suelen llamarlo "sueño paradójico" porque el cuerpo está fuera de combate mientras el cerebro se ilumina como si estuviéramos despiertos. Y, sí, durante este tiempo también experimentamos un movimiento ocular rápido (que le da su nombre a esta etapa, rapid eye movement, REM). Los músculos están paralizados y la respiración y la frecuencia cardíaca pueden variar mucho.
El sueño REM es donde experimentamos sueños vívidos. Algunos expertos suelen llamarlo "sueño paradójico" porque el cuerpo está fuera de combate mientras el cerebro se ilumina como si estuviéramos despiertos. Y, sí, durante este tiempo también experimentamos un movimiento ocular rápido (que le da su nombre a esta etapa, rapid eye movement, REM). Los músculos están paralizados y la respiración y la frecuencia cardíaca pueden variar mucho.
En esta etapa se produce la liberación de hormonas. Así,
por ejemplo, según la Red de Salud Hormonal, a medida que nos dormimos
-aunque los expertos aún no están seguros de exactamente cuándo-, el
sistema digestivo provoca que las hormonas
llamadas leptina (que inhibe el hambre) y ghrelina (que estimula el
hambre) se equilibren. En el caso de que no durmamos lo suficiente, este
equilibrio puede alterarse, lo que explicaría por qué las personas con
insomnio ven afectado su apetito.
Finalmente, en esta etapa nuestro cerebro también bloquea los recuerdos y archiva la información que absorbió el día anterior.
Aunque no siempre es
posible dormir de las 7 a 10 horas recomendadas por noche por algunos
expertos, al menos ahora podemos apreciar lo que sucede cuando lo
hacemos.
Sarah Romero
miércoles, 4 de abril de 2018
Los mitos románticos pueden provocar violencia de género entre los jóvenes
Un estudio señala que estas ficciones relegan a las mujeres a un segundo plano, en el que el hombre tiene el deber de protegerla o someterla.
3 minutos de lectura
La investigación ha evaluado así la interiorización de los falsos mitos del amor romántico en jóvenes con un rango de edad comprendido entre 18 y 35 años. A través de una encuesta realizada a 153 voluntarios (dentro de estas edades), se estima que alrededor del 70% de ellos cree que “el amor lo puede todo”, “sólo existe una media naranja para mí” y “el amor es ciego”. Estas respuestas reflejan claramente que estos mitos románticos están muy arraigados en la cultura de los jóvenes.
José Miguel García Ramírez, como profesor del departamento de Psicología Social de la UGR y director del proyecto advierte que “el principal problema es que estos mitos se consolidan entre las mujeres y a la misma vez se potencia en los hombres”.
Los sondeos entre los voluntarios del proyecto han desvelado además, que sólo el 13,7% de los participantes cree que se puede llegar a ser feliz sin tener una relación, frente a casi un 87% que opina que no se puede ser feliz sin pareja.
Los sondeos entre los voluntarios del proyecto han desvelado además, que sólo el 13,7% de los participantes cree que se puede llegar a ser feliz sin tener una relación, frente a casi un 87% que opina que no se puede ser feliz sin pareja.
El 70% de los jóvenes piensa que existe el amor predestinado y
casi un 87% opina que no podrían ser felices sin una pareja.
Amores de película con roles machistas
Desde bien pequeños se nos vende la idea de la mujer indefensa, incapaz de afrontar los retos sin una ayuda masculina. La aceptación del mito del príncipe azul relega a las mujeres a un plano secundario en el que el hombre tiene el deber de protegerla, y con ello, inconscientemente someterla.
Estas creencias populares no hacen sino aumentar el machismo de
una forma muy sutil, pues al inculcarla a edades tempranas, la
interiorización es prácticamente inmediata.
Los mitos amorosos y pasionales otorgan a la mujer características como la paciencia, la dulzura, la comprensión y el rol de cuidadora en la familia. Por su parte, al hombre siempre se le asigna el deber de proteger y mantener a la familia, así como la agresividad, la valentía y la valía en el trabajo.
Según este estudio de la UGR, los falsos mitos del amor romántico promocionan el machismo y pueden llegar incluso a generar casos de violencia de género. La investigación demuestra cómo dichos mitos se aceptan entre la población joven, precisamente aquella en la que están aumentando los casos de violencia de género.
Los mitos amorosos y pasionales otorgan a la mujer características como la paciencia, la dulzura, la comprensión y el rol de cuidadora en la familia. Por su parte, al hombre siempre se le asigna el deber de proteger y mantener a la familia, así como la agresividad, la valentía y la valía en el trabajo.
Según este estudio de la UGR, los falsos mitos del amor romántico promocionan el machismo y pueden llegar incluso a generar casos de violencia de género. La investigación demuestra cómo dichos mitos se aceptan entre la población joven, precisamente aquella en la que están aumentando los casos de violencia de género.
El pasado 2017 los casos de violencia de género en este sector aumentaron un 50%. El problema es que, aunque la mayoría de jóvenes aseguran que jamás ejercerían violencia al sexo contrario, el maltrato se puede camuflar de muchas formas diferentes, sin necesidad de una agresión física directa. Estamos hablando de los casos de violencia psicológica, escenas de micro machismos, ‘simples’ celos, etc.
Ramírez asegura que “se debe atajar el arraigo de esta serie de mitos desde la raíz, con campañas de sensibilización que eviten estas situaciones y eduquen en valores contrarios a ellos”.
“El amor es algo diferente basado en la igualdad y el respeto mutuo, y
no tiene nada que ver con los mitos románticos que se le atribuyen”.
Estos resultados son tan solo una pequeña parte de muchos otros
estudios en esta línea. Desde 2014, se realizan proyectos junto a otras
facultades para demostrar las consecuencias de estas historias tan
bonitas en apariencia, pero con un trasfondo muy injusto.
María Moya
Descubren lo que sucede en el cerebro minutos antes de morir
En el momento de la muerte sucede lo que los científicos han denominado un 'tsunami cerebral'.
¿Qué sucede en nuestro cerebro momentos antes de morir?
Según ha descubierto un equipo de neurólogos del Hospital
Charité-Universitätsmedizin Berlin (Alemania), una ola de actividad
eléctrica en nuestros cerebros llamada "tsunami cerebral" parece marcar el principio del fin.
Los expertos, que examinaron continuamente la actividad cerebral en 9 pacientes que estaban a punto de morir, observaron una ráfaga de actividad que parece preceder al cierre fatal de nuestro órgano más vital.
El hallazgo sugiere que la conciencia todavía puede estar presente muchos minutos después de que el resto del cuerpo haya dejado de mostrar signos de vida, lo que aumenta la posibilidad de que durante hasta cinco minutos, el proceso de apagado del cerebro pueda revertirse.
Los expertos, que examinaron continuamente la actividad cerebral en 9 pacientes que estaban a punto de morir, observaron una ráfaga de actividad que parece preceder al cierre fatal de nuestro órgano más vital.
El hallazgo sugiere que la conciencia todavía puede estar presente muchos minutos después de que el resto del cuerpo haya dejado de mostrar signos de vida, lo que aumenta la posibilidad de que durante hasta cinco minutos, el proceso de apagado del cerebro pueda revertirse.
Todos los pacientes que
fueron objeto de estudio, que procedían de Berlín (Alemania) y
Cincinnati, Ohio (EE. UU.), tenían lesiones cerebrales fatales y habían
solicitado que no se les reanimara.
Los expertos esperaban que, al implantar electrodos en los cerebros de sus sujetos de prueba, podrían descubrir tanto el momento como los mecanismos de los eventos durante el proceso de la muerte. Para su sorpresa, descubrieron que incluso cinco minutos después de que el corazón dejara de latir, las células cerebrales o neuronas, aún podían funcionar. Además, una especie de 'tsunami cerebral' marcó el momento en que estas neuronas se apagaban antes de su muerte final e irreversible.
Los expertos esperaban que, al implantar electrodos en los cerebros de sus sujetos de prueba, podrían descubrir tanto el momento como los mecanismos de los eventos durante el proceso de la muerte. Para su sorpresa, descubrieron que incluso cinco minutos después de que el corazón dejara de latir, las células cerebrales o neuronas, aún podían funcionar. Además, una especie de 'tsunami cerebral' marcó el momento en que estas neuronas se apagaban antes de su muerte final e irreversible.
"Después del paro circulatorio, la difusión de la despolarización -la disminución del potencial de la neurona-
marca la pérdida de energía electroquímica almacenada en las células
cerebrales y la aparición de procesos tóxicos que eventualmente conducen
a la muerte. Es importante destacar que es reversible, hasta cierto
punto, cuando se restablece la circulación", aclara Jens Dreier, líder
del trabajo.
Cinco minutos después de que el corazón de una persona deja de latir, sus células cerebrales aún funcionan
Las neuronas mueren cuando
la sangre deja de fluir, privándolas del oxígeno que necesitan como
combustible para funcionar. Cuando esto sucede, las neuronas recurren a
las reservas de energía durante unos minutos antes de apagarse por
completo. Esto sucede cuando los mecanismos que usan las neuronas para
mantener los iones separados comienzan a fallar. Los iones son
partículas cargadas eléctricamente formadas cuando los átomos pierden o ganan electrones.
La ruptura de las barreras entre estas partículas libera una cantidad masiva de energía electroquímica en el cerebro a medida que las neuronas intentan consumir frenéticamente combustible.
Este proceso, conocido como propagación de la despolarización, se caracteriza por la hiperactividad en las neuronas, seguida de un silencio repentino.
La ruptura de las barreras entre estas partículas libera una cantidad masiva de energía electroquímica en el cerebro a medida que las neuronas intentan consumir frenéticamente combustible.
Este proceso, conocido como propagación de la despolarización, se caracteriza por la hiperactividad en las neuronas, seguida de un silencio repentino.
Sin embargo, este silencio
solo marca la cuenta regresiva final hasta la muerte y puede revertirse
por un período, hallaron los investigadores. Exactamente cuánto tiempo,
sigue abierto al debate.
Una última 'ola' parece marcar el punto en el que las neuronas permanecen activas por última vez, aunque el equipo de investigación advirtió que aún puede ser un marcador poco confiable para la 'muerte verdadera'.
Por ahora los científicos no poseen un método claro para diagnosticar la muerte cerebral, y no hay forma de estar seguros cuando se pierde toda la capacidad de conciencia, según los autores.
Si bien el estudio no tiene un efecto directo en el cuidado del paciente hoy en día, puede llevar a mejores procedimientos de diagnóstico y tratamiento en el futuro. Los hallazgos pueden ser útiles para desarrollar estrategias para tratar el paro cardíaco y el accidente cerebrovascular que complementan los esfuerzos para restablecer la circulación en el organismo.
Una última 'ola' parece marcar el punto en el que las neuronas permanecen activas por última vez, aunque el equipo de investigación advirtió que aún puede ser un marcador poco confiable para la 'muerte verdadera'.
Por ahora los científicos no poseen un método claro para diagnosticar la muerte cerebral, y no hay forma de estar seguros cuando se pierde toda la capacidad de conciencia, según los autores.
Si bien el estudio no tiene un efecto directo en el cuidado del paciente hoy en día, puede llevar a mejores procedimientos de diagnóstico y tratamiento en el futuro. Los hallazgos pueden ser útiles para desarrollar estrategias para tratar el paro cardíaco y el accidente cerebrovascular que complementan los esfuerzos para restablecer la circulación en el organismo.
Referencia:
Terminal spreading depolarization and electrical silence in death of human cerebral cortex. Jens P. Dreier et alia. Annals of Neurology. DOI: 10.1002/ana.25147
martes, 3 de abril de 2018
Insalvable
L.J.Pruneda
Insalvable, no por sentir que nuestros corazones puedan estar alejados.
Sí… Insalvable por no conseguir acariciar tu mirada con la ternura de mis manos, ni besar cada sonrisa de tus labios con la anhelante pasión que brota de los míos, ni perderme en el transparente pensamiento de tus ideas, ni… ni saciar tu deseo con mi propio deseo.
Cierro los ojos y pienso que solo son apenas unos
kilómetros.
Sí, son escasamente unos kilómetros los que nos separan
y... hoy, especialmente hoy, esa distancia me atormenta, me angustia, me
destruye. Me resulta insalvable.
Insalvable, no por sentir que nuestros corazones puedan estar alejados.
No, nada de eso.
Insalvable por no poder apreciar la proximidad de tus
manos, ni el aire que exhala tu boca al respirar, ni el siseo de tu cuerpo
cuando acaricia el mío, ni la fuerza de tu pasión cuando, entre las sábanas
alborotadas, esbozas mi nombre.
Sí… Insalvable por no conseguir acariciar tu mirada con la ternura de mis manos, ni besar cada sonrisa de tus labios con la anhelante pasión que brota de los míos, ni perderme en el transparente pensamiento de tus ideas, ni… ni saciar tu deseo con mi propio deseo.
Insalvable, sí.
Insalvable por no poder cubrir tu cuerpo desnudo con
mi propia desnudez.
Insalvable por no poder suspirar dentro de tu boca.
Insalvable por no poder gritarle a tus entrañas cuánto
te añoro, cuánto te quiero, cuánto deseo estar a tu lado.
Insalvable por hallarme aquí recluida, cautiva de mí
misma, encarcelada en mi propia vida que he convertido en la torre oscura de
mis añoranzas.
Ven mi amor. Recorre esa leve distancia para mí y… y tómame
entre tus brazos. Méceme en el suave algodón de tú sonrisa. Salvemos unidos esta
distancia imposible y soñemos.
Soñemos que no nos separan los kilómetros, porque en
realidad nunca lo han hecho…
Soñemos que siempre estoy a tu lado, que tú siempre estás
al mío.
Tú solo, yo sola, como hoy, pero eternamente juntos.
Porque somos dos en un, somos uno con forma efímera de
dos.
Somos soledad y somos unión, somos pasión y ejercito.
Construimos vida donde otros solo crean desolación,
inventamos fuego donde otros solo ven hielo.
Somos dos corazones y un solo alma, somos dos almas
que viven en un solo corazón.
Hoy te echo de menos y tú… tú creas puentes cosidos
con arraigados sentimientos.
Ayer tuviste hambre de mi y te alimenté con palabras llenas de ternura.
A veces sentimos sed y nos saciamos con nuestras bocas.
Algunos dias somos desierto, y nuestras sonrisas propagan oasis.
Ayer tuviste hambre de mi y te alimenté con palabras llenas de ternura.
A veces sentimos sed y nos saciamos con nuestras bocas.
Algunos dias somos desierto, y nuestras sonrisas propagan oasis.
Antes de dar la vuelta y abrir los ojos suspiro al
viento mientros susurro en silencio…
- -
Soñemos juntos, al menos hagámoslo esta tarde. Soñemos
que la distancia es… salvable.
lunes, 2 de abril de 2018
6 frases del libro El caballero de la armadura oxidada para reflexionar
Valeria Sabater
Las frases del libro El caballero de la armadura oxidada nos ofrecen grandes lecciones de autoconocimiento.
En esta aventura narrativa somos testigos de esa alquimia interior por
la que todos, de algún modo, deberíamos pasar alguna vez. Pocas obras
resultan tan sencillas a la vez que evocadoras sobre la transformación
humana y ese intento donde aprender a ser mejores.
Algo que sin duda resulta curioso, a la vez que fascinante sobre esta obra, es su autor. Robert Fisher, era uno de los mejores guionistas de comedia del mundo del cine, teatro y televisión.
Trabajó para Groucho Marx, Lucille Ball o Bob Hope. Este autor tenía
una trayectoria excepcional en el mundo de la escritura, a la vez que un
maravilloso arte para traernos una visión más optimista y constructiva
de la vida.
Su capacidad para hacer reír al espectador iba de la mano de la
reflexión. De esa reflexión capaz de hacernos ver nuestras propias
limitaciones y potencialidades. Su amplia experiencia como
humorista y dramaturgo lo dotó de esa capacidad innata para despertar
conciencias y para hacer de sus obras de autoayuda, un camino accesible, original y evocador de facilitar nuestro desarrollo personal.
Frases del libro El caballero de la armadura oxidada
La historia central de esta obra nos trae a un caballero muy singular. Estamos ante un hombre a simple vista admirable: valiente, hace (en apariencia) nobles acciones y es generoso…
Ahora bien, no tardamos en darnos cuenta de algo. Vive tan hechizado
por el brillo de su propia armadura que no sabe apreciar lo que tiene.
Su ceguera llega hasta tal punto de descuidar lo que le rodea.
Incapaz de valorar nada más que sus propias virtudes, un día percibe
algo bien singular: su armadura deja de brillar; se está oxidando.
Cautivo de sí mismo, se lanza a un viaje de iniciación espiritual y
transformación donde liberarse de múltiples barreras. Es entonces cuando
a través de originales personajes y experiencias, nos va deja grandes
aprendizajes.
Las frases del libro El caballero de la armadura oxidada son sin duda muestras de ese conocimiento, de ese despertar que todos deberíamos propiciar.
1. Lo que hay bajo nuestras armaduras
“Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir”.
El caballero tenía el pleno convencimiento de que él era bueno y generoso.
Sin embargo, sus actos no evidenciaban tales noblezas, tales
cualidades. Bajo su reluciente armadura había alguien que necesitaba
sacarse brillo para compensar sus grandes carencias.
Este personaje era capaz de librar feroces batallas para hacer frente a todo lo que él consideraba malvado. Sin embargo, en
ningún momento tomaba conciencia de ese enemigo que tenía en su
interior, de ese dragón enfurecido que tenía atrapado a su auténtico
“yo”.
Pensemos que todos, de algún modo, amanecemos cada día con nuestras propias armaduras oxidadas. Esas en las que camuflamos realidades internas no resueltas, resistencias que nos limitan, que apagan nuestro auténtico ser.
2. El desahogo emocional
El reconocimiento de las propias necesidades y la toma de contacto
con esas emociones atascadas en nuestro interior, son el primer paso
para librarnos del peso de nuestras armaduras. Para retirar ese óxido y brillar de nuevo, nada mejor que oxigenar espacios, que desahogar tensiones, llorar…
3. Tomar conciencia de lo que es importante
“A los seres humanos se les dio dos pies para que no tuvieran que permanecer en un mismo lugar, pero si se quedaran quietos más a menudo para poder aceptar y apreciar, en lugar de ir de aquí para allá intentando apoderarse de todo lo que pueden, entenderían verdaderamente lo que es la ambición del corazón”.
Esta es una de las frases del libro El caballero de la armadura oxidada que más deben invitarnos a la reflexión. Nuestro caballero surca territorios, países y reinados para hacer el bien.
Salva, defiende, protege y lucha contra (lo que él considera) que es la
maldad. Ahora bien, este personaje ha llegado a alimentar un amor más
grande por su propia armadura que por su familia.
Su esposa Julieta y su hijo, apenas ocupan lugar en su memoria.
Ha descuidado lo que es verdaderamente importante. Por tanto, no
olvidemos que todos somos libres para movernos, para crecer y avanzar,
pero a su vez, es necesario que tomemos conciencia de nuestras raíces:
de lo que es importante.
4. El aquí y ahora
“Nunca había disfrutado de lo que pasaba en el momento. Durante la mayor parte de su vida, no había escuchado realmente a nadie ni a nada. El sonido del viento, de la lluvia, el sonido del agua que corre por los arroyos, había estado siempre ahí, pero en realidad nunca los había oído…”
Apreciar el momento presente, ser receptivos a lo que nos envuelve es
un modo de tomar conciencia de lo que tiene auténtico valor. Situar la
mirada en el propio ego, en lo que hicimos ayer o haremos mañana, oxida
aún más nuestras armaduras. La auténtica luz se encuentra en el momento presente, ahí donde están nuestras oportunidades, ahí donde puede acontecer nuestra felicidad.
5. El amor por uno mismo
“El caballero lloro más al darse cuenta de que si no se amaba, no podía amar realmente a otros. Su necesidad de ellos se interpondría. En eso apareció el mago y le dijo: solo podrás amar a otros en la medida en que te ames a ti mismo”.
Hay un momento en el libro donde el caballero no lo resiste más. Ha avanzado tanto en el bosque de su inconsciente
que solo piensa en huir, en volver con su familia. Ahora bien, más
tarde se da cuenta de algo: aún no puede volver porque no sabe cuidar de
sí mismo. Alguien que no sabe atenderse y que no se ama, difícilmente
podrá amar a los demás como se merecen.
Ese es por tanto nuestro primer paso en toda transformación personal: cultivar un amor propio saludable, aprender a valorarnos, a sanarnos, a cuidarnos.
6. El silencio como canal de escucha
Esta es otra de las frases del libro El caballero de la armadura oxidada más interesante. En
la obra el propio caballero debe confrontarse con el dragón de sus
pensamientos en medio de la soledad y el más riguroso silencio. Tal situación no es cómoda, porque hay demasiados ruidos mentales, y además, están sus corazas inconscientes, esas que le impiden acceder a su auténtico ser para vencer al falso yo…
Romperlas para esclarecer sus necesidades, y abrazar a su auténtico ser es algo que logrará en ese escenario de silencio. Ahí donde no hay más opción que escuchar.
Para concluir. Hay un hecho que vale la pena comentar sobre Robert Fisher, el autor del libro. En más de una ocasión explicó que la idea de este libro surgió a partir de varias experiencias cercanas a la muerte. La vida le enfrentó a este límite en diferentes ocasiones, y en todas ellas su propia voz le decía: “No debes morir. Aún no has cumplido lo que has venido a hacer”.
Este libro era su misión, y dicha experiencia con él, también
transformó su vida. Fueron 6 años y medio dedicados a esta obra, ahí
donde estas frases del libro El caballero de la armadura oxidada nos recuerdan que también nosotros tenemos la misión de hallar nuestro propósito, pero antes tenemos que liberarnos de nuestras armaduras.
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