lunes, 13 de noviembre de 2023

 

EL HILO ROJO DE LOS ESTORNINOS



 


La novela titulada "El hilo rojo de los estorninos", nace en el mes de mayo de 2023. Se realiza su primera presentación ante un centenar de personas en los salones de la Asociación Cultural La Serrana de Avilés (Asturias).

La historia narra las vivencias de Isma, Daniela y Maikel, tres adolescentes que, sin apenas conocerse, llevan vidas paralelas marcadas por una sociedad que gira y avanza a tal velocidad, que termina por comerse a los más débiles.

Es un relato de lealtad y amor adolescente, que se verá salpicado por la omnipresencia del bien y del mal.


 Una bandada de estorninos en el cielo

Dos vidas que se cruzan

Un hilo rojo que las une

 

Amistades que crecen

Odios ocultos

Adolescentes que sueñan

Vidas que anhelando crecer, mueren

 

Sentimientos que nacen

Miedos envueltos en sonrisas

Sonrisas que dan miedo

 

Ven

Acompaña a Isma, Daniela y Damián

Vive su historia

Siente la soledad

Comparte su ilusión

Ayúdales (y ayuda) a decir NO.


                                                                                      L.J. Pruneda

 

jueves, 26 de octubre de 2023

 


No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

   

Mario Benedetti

lunes, 24 de abril de 2023

El curioso pueblo de Polonia con una sola calle de nueve kilómetros y un castillo del siglo XIV

 

Por la villa pasa la Vía Regia, el camino más largo y antiguo que une Europa Oriental con Europa Occidental.
Suloszowa.
Suloszowa

Moverse por el pueblo de Suloszowa no tiene pérdida, y es que esta villa polaca del condado de Cracovia tan solo tiene una calle. A pesar de esa configuración, no es precisamente un lugar pequeño, ya que esa vía tiene nada más y nada menos que nueve kilómetros de largo. Sin duda, se trata de una de las localidades más curiosas de todo el país.


9 kilómetros de largo y 150 metros de ancho

A un lado y otro de Suloszowa se extiende una amplia zona de campos de cultivo con brillantes colores verdes y unas formas tan alargadas como el pueblo. Y es precisamente ese paisaje rural el que ha marcado la estructura del pueblo: entre las tierras de labranza se abre paso una única y alargada calle, Olkuska, con un total de 9 kilómetros de extensión.

Suloszowa.
Suloszowa.

A ambos lados de la vía se alzan los edificios del pueblo, alrededor de 1.600, haciendo que la localidad apenas tenga 150 metros de ancho. Entre ellos hay casas, escuelas, hospitales, la bonita iglesia del Sagrado Corazón de Jesús e incluso un castillo, el de Pieskowa Skała. Esta fortaleza fue construida en la primera mitad del siglo XIV por Casimiro III el Grande y a día de hoy alberga la exposición “Cambios de estilo en el arte europeo desde la Edad Media hasta mediados del siglo XIX”.

Un bonito entorno natural

Suloszowa se encuentra en la meseta de Sułoszów, que forma parte de las tierras altas de Olkuska. La parte sur del pueblo pertenece al Parque Nacional Ojcowski y allí se encuentran los manantiales del río Prądnik y la conocida como la Maza de Hércules, una formación rocosa de forma alargada con 25 metros de altura.

Castillo de Pieskowa Skała en Suloszowa.
Castillo de Pieskowa Skała en Suloszowa.

Además, por la villa pasa la Vía Regía, el camino más largo y antiguo que une Europa Oriental con Europa Occidental y que va hasta Santiago de Compostela. Igualmente, pasa por aquí el Sendero de los Nidos de Águilas


Articulo original de Beatriz Pérez