lunes, 24 de septiembre de 2018

¿Qué pasaría si no hubiera Luna?

Mucha gente se pregunta que sucedería si no hubiera Luna. Te contamos como sería el mundo sin nuestro satélite.

si no hubiera Luna
Nuestro planeta es único porque posee un satélite excepcionalmente grande: la Luna. De hecho, formamos un sistema planetario doble, algo absolutamente anómalo entre los planetas del Sistema Solar. Hasta su nacimiento fue anómalo: nuestro satélite nació cuando nuestro planeta estaba en su infancia y tras el impacto de un objeto mayor que Marte.
Si no hubiera Luna desaparecerían los eclipses y las noches serían mucho más oscuras. Las mareas también serían diferentes: de hecho, serían más pequeñas, alrededor de un tercio de lo que son ahora. Todo lo contrario a la época en que se formó la Luna: como se encontraba más cerca de la Tierra, ¡las mareas llegaban a los 9 metros!
Pero lo más interesante sería lo que sucedería a nuestro propio planeta. No somos conscientes del papel que desempeña nuestro (mal llamado) 'satélite' en la estabilidad de los movimientos de la Tierra. Por un lado, la presencia de la Luna frena la rotación terrestre, aunque de un modo muy, muy pequeño: del orden de unos pocos microsegundos por año. Claro que al cabo de los 5.000 millones de años que lleva nuestro planeta dando vueltas alrededor del Sol significa un buen pico. De hecho, sin Luna el día no duraría 24 horas sino ¡de 6 a 8 horas!

Y no solo eso. Sin ella la orientación del eje de la Tierra no se mantendría estable y experimentaría variaciones caóticas ´con el tiempo. Que estemos disfrutando de una sucesión regular de las estaciones durante millones de años es gracias a la Luna. Marte, por ejemplo, tiene dos lunas minúsculas y su eje de rotación ha cambiado 60º en los últimos 10 millones de años (en comparación, el eje terrestre oscila solo 1,5º cada 41.000 años). Las consecuencias climatológicas de una variación caótica del eje de rotación harían muy difícil que la vida evolucionara como lo ha hecho en el planeta.


Así actúan la literatura y la poesía sobre el cerebro

Poesía

Silencio atronador, muerto viviente, dulce amargura, noche blanca o monstruo hermoso son ejemplos de oxímoron, una combinación de dos palabras de significado opuesto que al unirse originan un nuevo sentido. Un estudio español publicado en la revista NeuroImage reveló que estas figuras literarias generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro.

Según los autores del estudio, del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, los políticos en sus discursos, los generales en sus arengas y los amantes en sus poemas han utilizado desde siempre ciertas figuras retóricas para convencer, infundir valor o seducir. Lo que hasta ahora no se había logrado era medir empíricamente la capacidad de una figura literaria para generar actividad cerebral en las personas.

"Nuestra investigación demuestra el éxito a nivel retórico de las figuras literarias, y la razón de su efectividad es que atraen la atención de quien las escucha" más que otras expresiones, explica Nicola Molinaro, autor principal del estudio. Concretamente, "se activa la parte frontal del  cerebro y se emplean más recursos de lo habitual en procesar a nivel cerebral esa expresión". El investigador señala que el resultado de los experimentos se relaciona "con la actividad que requiere procesar la abstracción de figuras retóricas como el oxímoron, que tratan de comunicar cosas que no existen".

Para los experimentos, Molinaro y sus colegas crearon varias listas de frases incorrectas, neutras, oxímoron y pleonasmos (vocablos innecesarios que añaden expresividad), empleando el mismo sustantivo como sujeto: la  palabra "monstruo". Concretamente, los investigadores han utilizado "monstruo geográfico" como expresión incorrecta, "monstruo solitario" como expresión neutra, "monstruo hermoso" como oxímoron, y "monstruo horrible" como pleonasmo. Después, se les mostraron estas listas a personas de entre 18 y 25 años y se midió su actividad cerebral cuando las procesaban por medio del electroencefalograma.

Los resultados muestran que cuanto menos natural es la expresión más recursos requiere para ser procesada en la parte frontal izquierda del cerebro. La frase neutra "monstruo solitario" es la que menos recursos cerebrales necesita para procesarse. En cuanto a la expresión incorrecta "monstruo geográfico", 400 milisegundos después de percibirla, el cerebro reacciona al detectar que hay un error.Sin embargo, en el caso de los oxímoron, como "monstruo hermoso", 500 milisegundos después de percibirse la expresión se midió una intensa actividad cerebral en la parte frontal izquierda del cerebro, un área íntimamente relacionada con el lenguaje que los seres humanos tienen muy desarrollada en comparación con otras especies.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Los animales que viajaron al espacio

¿Cuál fue el primer animal que viajó al espacio? ¿Qué pasó con todos los perros, monos y ratones enviados al espacio?


martes, 18 de septiembre de 2018

10 frases célebres de Agatha Christie

frases-agatha

Agatha Mary Clarissa Miller (1890-1976), más conocida como Agatha Christie, fue una escritora británica especializada en el género policial, considerada a nivel internacional como una de las más grandes autoras de crimen y misterio de la literatura universal.

Procedente de una familia de clase media-alta, estudió en distintos colegios privados e institutos de París. Su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920), acogería por primera vez la presencia de uno de sus más famosos personajes: el detective Hércules Poirot.

Christie recibió numerosos premios a lo largo de su prolífica carrera, que nos dejó obras como Diez negritos, Asesinato en el Orient Express, Tres ratones ciegos, Muerte en el Nilo, o Matar es fácil, entre otros muchos.

Se trata de una de las autoras más traducidas del mundo y sus novelas y relatos se han adaptado multitud de veces al teatro y al cine. Según el El Libro Guinness de los Récords, Agatha Christie es la novelista más vendida de todos los tiempos con 4 mil millones de novelas vendidas.

Os dejamos con algunas de sus frases más famosas:

“Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará”.

“El mal nunca queda sin castigo, pero a veces el castigo es secreto”.

“Lo más razonable que se ha dicho sobre el matrimonio y sobre el celibato es esto: hagas lo que hagas te arrepentirás”.

“Las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa”.

“Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único”.

“La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector”.

“Cuando no hay humildad, las personas se degradan”.

““La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor”.

“La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano”.

“En lo concerniente a las grandes sumas, lo más recomendable es no confiar en nadie”.


No estamos programados para ser felices, sino para buscar la felicidad

Un neurotransmisor, la dopamina, nos impulsa a perseguir constantemente el placer y la recompensa.


FELICIDAD

La  dopamina nace en una de las áreas más primitivas del cerebro y, a través del sistema de recompensa, fluye hasta el lóbulo frontal, una estructura más evolucionada que nos permite dirigir nuestra conducta hacia un fin. Esta región del cerebro es la más lenta en madurar y la primera en deteriorarse en la vejez y actúa como una máquina del tiempo que nos hace posible recordar el pasado y vivir el futuro antes de que suceda. Nos ayuda a anticipar sucesos, y en esa anticipación reside parte de nuestra felicidad y nuestra desdicha. Lo cuenta el psicólogo Dan Gilbert, autor del libro Tropezar con la felicidad.
En su opinión, el problema es que "el cerebro nos da en muchas ocasiones datos erróneos de lo que nos hará o no felices. Cometemos el error de pensar que lo bueno será muy bueno y lo malo, muy malo" Es preferible ser escéptico, basarse en datos científicos, mirar las estadísticas y cuestionar los consejos para encontrar la felicidad. Las estadísticas nos dan algunas claves sobre lo que hace felices a la mayoría de las personas. Por ejemplo, entre las recetas más usadas están las que dicen que para ser feliz hay que tener un buen trabajo que dé para vivir decentemente, casarse y tener hijos.
Con las cifras en la mano, vemos que es cierto que las personas casadas son más felices que las solteras o que las parejas de hecho y que viven más años. El matrimonio es una buena inversión en todas las culturas, sobre todo para los hombres, resalta Gilbert. Pero divorciarse cuando las cosas no van bien también aumenta la felicidad, en especial la de los hombres, que se sienten mejor de inmediato. Las mujeres tardan de media un par de años en volver a ser felices. En cuanto a los hijos, los números reflejan que suponen una exigencia que disminuye la felicidad, en especial de las madres, mientras son pequeños. El pico de infelicidad parental se sitúa entre los 45 y 55 años, cuando la carga de obligaciones es máxima. Para Gilbert, "El síndrome del nido vacío es un invento. Cuando los hijos se van de casa, la felicidad de los padres aumenta".

En cuanto al dinero, aumenta la felicidad cuando los ingresos llegan a 60.000 euros anuales. Por encima de esta cantidad, el dinero ya no está tan relacionado con el nivel de felicidad. Aunque puede aumentar si lo utilizamos en agasajar a los demás. Sin embargo, dejar de trabajar no es necesariamente una buena idea. Según Gilbert, descansar es una de las cosas que menos felices nos hacen, al contrario que practicar actividades placenteras –sobre todo el sexo, seguido del ejercicio físico– que nos hacen sentir mejor . La felicidad no se alcanza haciendo cosas exóticas, sino con recetas sencillas, como pasar más tiempo con la familia y los amigos. Somos los animales más sociales del planeta, por eso quienes dedican más tiempo a las relaciones y tienen más amigos son más felices.

Parte de la infelicidad surge de nuestro interior. No hay nada en sí ni bueno ni malo, es la mente humana la que lo hace parecer así. Y es que nuestra especie tiene una estructura evolutivamente reciente, la corteza prefrontal, que funciona como "un simulador que nos permite imaginar y anticipar cómo serán nuestras experiencias antes de vivirlas. Planificar acciones y tomar decisiones en virtud de experiencias simuladas mentalmente es, a priori, una ventaja. Sin embargo, puede convertirse también en la principal causa de que la búsqueda de la felicidad sea errónea pues esta parte del cerebro suele calcular bastante mal el grado de felicidad o de infelicidad que nos causarán las experiencias futuras". Somos malos predictores de la felicidad, según Gilbert.
No podemos cambiar lo ocurrido, pero sí lo que pensamos sobre ello. En caso contrario la "disonancia cognitiva" nos hará sentir infelices. En cambio, cambiar de perspectiva es muy positivo, como sucedía en la fábula de la de la zorra y las uvas. Sabiamente, la zorra, al ver que no tenía forma de cogerlas de la parra, decidió que no merecían la pena porque no estaban maduras. Esta habilidad de cambiar la forma de pensar es la piedra angular de la psicoterapia. Tener una mente abierta es fundamental. Las experiencias nuevas ejercitan el cerebro y nos hacen felices. 

Somos los animales más sociales del planeta, por eso quienes dedican más tiempo a las relaciones y tienen más amigos son más felices