jueves, 9 de octubre de 2025

Narciso o el reflejo del alma


A veces, 
el mayor abismo no está frente a nosotros, 
sino dentro del agua que devuelve nuestra propia imagen.


 

El mito de Narciso pertenece a la mitología griega y fue recogido, entre otros, por Ovidio en su obra Las Metamorfosis

Narciso era hijo del dios-río Céfiso y de la ninfa Liríope, y su belleza era tan perfecta que despertaba admiración y deseo allá donde iba. Sin embargo, su corazón permanecía cerrado: despreciaba a quienes lo amaban, incapaz de sentir más allá de sí mismo.

Un día, mientras vagaba por el bosque, Narciso se inclinó sobre las aguas de un manantial cristalino para calmar su sed. Fue entonces cuando vio su propio reflejo. Fascinado por aquella imagen, ignoró que se trataba de sí mismo y quedó atrapado por una pasión imposible. Intentó besar el agua, abrazar el rostro que lo miraba, pero cada intento no hacía más que romper el reflejo y multiplicar su deseo.

Consumido por esa obsesión, Narciso se marchitó lentamente junto al manantial. Cuando los dioses se apiadaron de él, su cuerpo desapareció, y en su lugar nació una flor blanca que llevó su nombre: el narciso.

Ovidio no escribió esta historia solo para hablar de vanidad. En realidad, el mito nos recuerda la fragilidad de la conciencia humana. Narciso no muere por amor a sí mismo, sino por no reconocer que el otro y el yo son parte del mismo espejo. En su imagen vio la perfección que anhelaba, pero no supo distinguir entre ilusión y verdad.

El agua del mito nos devuelve hoy una enseñanza distinta: no hay mayor pérdida que la de quien no se atreve a mirarse con verdad.

Porque conocerse no es adorarse, sino reconocer la distancia entre lo que creemos ser y lo que realmente somos.

Ahí, en ese breve temblor del reflejo, es donde habita el alma.

 

                                                                    L.J.Pruneda


Gracias por leer. 
Si algo en este texto te ha hecho pensar o sentir, déjalo fluir en los comentarios.

4 comentarios:

  1. No es lo mismo Narciso que ser narcisista.🤗
    Bonito texto.🤗

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exactamente. Narciso pertenece al reino de los símbolos, al lenguaje de los mitos. El narcisista, en cambio, es un diagnóstico moderno. Narciso muere de amor; el narcisista vive de la admiración ajena. Uno fue víctima de su propio reflejo; el otro, verdugo del reflejo de los demás.
      Gracias por tu comentario, Anónimo; tus palabras amplían el espejo del texto y lo llenan de sentido.

      Eliminar
  2. Marina Amelia González Lada10 de octubre de 2025, 11:49

    Con la vanidad instalada en nuestra sociedad, resulta todo un reto reconocerse, en la imagen que el espejo nos devuelve, no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente, Marina. Hemos aprendido a posar frente al espejo, pero no siempre a reconocernos en él. Y a veces, la vanidad tiene mejor luz que la propia verdad.
      Gracias por leer con esa sensibilidad; los espejos compartidos no mienten: revelan.

      Eliminar