domingo, 4 de noviembre de 2018

El Gatopardo, o cuánta experiencia hace falta para empezar a escribir

Algunos apuntes sobre El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, quien empezó a escribir a sus 57 años y en unos pocos meses compuso una de las mejores novelas del siglo XX.

Cristian Vázquez

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Resultado de imagen de libro el gatopardo¿Qué motiva que alguien que siente el deseo de escribir no escriba? ¿Qué hace que esa persona en determinado momento, por fin, se ponga a escribir? A menudo esa postergación se debe a la falta de confianza, la inseguridad, la sensación de que, antes de ponerse a escribir, hay que saber más. “Me había dado cuenta de que me faltaba algo fundamental: experiencia”, dice el narrador de Movimiento único, novela de Diego Gándara publicada hace unos meses. “Un escritor me había dicho —añade— que no se podía ser novelista antes de los cuarenta años, porque antes de los cuarenta un hombre no tenía suficientes experiencias sobre las cuales escribir”.

También es cierto que se puede escribir y no publicar. La recomendación clásica de evitar las prisas para dar a conocer las propias obras corresponde al latino Horacio: “Si algo escribes en alguna ocasión —anotó en su Arte poética, un par de décadas antes de Cristo— hazlo esperar nueve años guardándote el pergamino en tu casa. Podrás borrar lo que no hayas dado a la luz; la palabra que se deja escapar no sabe el camino de vuelta”. Al publicar este texto, Horacio tenía 46 años, justo la misma edad que Gándara cuando Movimiento único salió de imprenta.

Por supuesto, no hay en la literatura fórmulas infalibles ni recetas mágicas. Mario Vargas Llosa, Norman Mailer y Roberto Arlt, por nombrar solo los tres primeros que me vienen a la cabeza, a sus veintiséis años ya habían publicado auténticas obras maestras (La ciudad y los perros, Los desnudos y los muertos, El juguete rabioso, respectivamente). Y también hay, por supuesto, muchedumbres de autores que, por muchos años que guarden sus manuscritos y por muchas décadas que esperen para empezar a publicar, nunca lograrán escribir nada realmente valioso y perdurable.

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Toda esa introducción surge a partir del cierto misterio que envuelve a la figura de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el autor de la célebre novela El Gatopardo. Nacido en 1896 en el seno de una familia de la ya decadente aristocracia siciliana, Tomasi fue un hombre que, en palabras del escritor Peter Robb, “no hizo prácticamente nada en toda su vida más que producir una única obra maestra al final”. Una obra maestra que empezó a los 57 años, que concluyó en un puñado de meses y que no pudo ver publicada, porque un cáncer lo mató cuando tenía sesenta y aún no había encontrado editor.

¿Por qué esperó hasta sus 57 años para empezar a escribir? Hablamos al principio de la inseguridad y la desconfianza. Quién sabe si cuánto influye también la pereza. El caso es que Lampedusa fue un lector voraz. Su biblioteca contaba con 4 mil volúmenes. A sus treinta años había escrito ensayos sobre literatura francesa (Flaubert, Mérimée, Stendhal) y sobre historia, pero luego había abandonado la pluma. Hasta que en el verano de 1954 se produjo un hecho crucial: acompañó a su primo el poeta Lucio Piccolo a un encuentro de escritores que tuvo lugar en San Pellegrino Terme, en el norte de Italia, lejos de su Sicilia natal. Fue justo después de esa reunión con “la república de las letras” cuando empezó a escribir.

“Vista de cerca, esa república no le pareció integrada precisamente por semidioses”, escribió Gioacchino Lanza Tomasi, primo lejano del autor, quien lo acompañó en sus últimos años y desde su muerte ha sido una especie de albacea. “A veces, saber escribir apenas significa no ser analfabeto”. ¿Acaso fue esa sensación —algo así como “si estos tipos escriben, por qué no voy a hacerlo yo”— lo que motivó a Lampedusa a volver a tomar la pluma de una vez?

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Lampedusa se trazó, en un principio, un objetivo ambicioso: “Serán veinticuatro horas en la vida de mi bisabuelo, el día del desembarco de Garibaldi” (12 de mayo de 1860), le dijo a Lanza Tomasi poco después de empezar a escribir. Tiempo más tarde advirtió lo difícil de su propósito: “No sé escribir el Ulises”, admitió. Planificó entonces una novela con varias partes; la versión final tiene ocho, cada una encabezada por el mes y el año en que se desarrolla. La primera es de mayo de 1860 y avanza en lapsos de pocos meses hasta la parte VI (noviembre de 1862); la VII es de julio de 1883, cuando muere el príncipe Fabrizio Salina, el protagonista de la novela; la VIII y última, una suerte de epílogo, está fechada en mayo de 1910, justo medio siglo después de la peripecia inicial.

El príncipe Fabrizio está inspirado, en efecto, en el bisabuelo del autor, Giulio IV de Lampedusa, quien en realidad murió el 27 de septiembre de 1885. Esa era la fecha en que iba a morir también el personaje en la ficción, apunta Lanza Tomasi, y agrega: “Ignoro por qué razón luego esa fecha se anticipó en dos años”. Si quisiéramos ponernos suspicaces, podríamos atender al hecho de que la fecha finalmente elegida (julio de 1883) es la del nacimiento de Kafka, y sospechar que quizá Lampedusa quiso enlazar de algún modo a su personaje con el autor de La metamorfosis. Pero parece sospechar demasiado: mejor dejémoslo ahí.

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“Como reseña no es negativa, pero de publicación, nada”, le dijo Lampedusa a Lanza Tomasi un día antes de morir. Hablaba de los rechazos que había recibido por parte de las prestigiosas editoriales Mondadori y Einaudi. Fue el escritor Giorgio Bassani el que confió en él, y quien convenció a Giacomo Feltrinelli de que lo publicara. Pero la primera edición se imprimió en octubre de 1958, hace sesenta años, quince meses después de la muerte del autor. En el prólogo a esa primera edición, Bassani apuntó que el personaje del príncipe Fabrizio debe verse como un retrato del bisabuelo del autor pero también, en parte, como “un autorretrato lírico y crítico a la vez”.

Conviene citar aquí nuevamente a Lanza Tomasi: “Para Lampedusa, la literatura era una especie de crónica cifrada; y la crónica, la única gnoseología disponible. La obra de arte era el instrumento mediante el cual una experiencia humana contingente dejaba de ser algo individual y egoísta para cristalizar en experiencia duradera, independiente de lo ocasional”.
“Experiencia —sigue diciendo Lanza— significa la relación particular que una persona tiene con la realidad que le rodea, el sentido que atribuye al mundo externo, su toma de conciencia, y no la mera crónica de la vida que puede llevar en él”. Una definición muy parecida a la que propone Aldous Huxley en la introducción a sus Textos y pretextos, de 1932:
“El poeta es, etimológicamente, el hacedor. Como todos los hacedores, necesita un capital de materias primas: en su caso, experiencia. Ahora bien, experiencia no quiere decir haber nadado en el Helesponto, o haber bailado con los derviches, o haber dormido en refugios para vagabundos. Se trata en realidad de una cuestión de sensibilidad e intuición, de ver y escuchar las cosas significativas, de prestar atención en los momentos correctos, de coordinar y comprender. La experiencia no es lo que le sucede a un hombre; es lo que un hombre hace con lo que le sucede. No se trata de los accidentes de la existencia en sí mismos, sino de un don para afrontar esos accidentes. Por un feliz privilegio de la naturaleza, el poeta suele poseer el don de la experiencia en conjunto con el de la expresión. Lo que dice tan bien es, por lo tanto, intrínsecamente valioso”.

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Me permitiré discrepar, entonces, de Peter Robb sobre aquello de que Lampedusa “no hizo prácticamente nada en toda su vida” antes de escribir El Gatopardo. Lo que estuvo haciendo durante sus primeros 57 años fue imprescindible para la construcción de su novela: Lampedusa desarrolló el fino don de la experiencia. La sensibilidad, la intuición, la capacidad de saber qué hacer con lo que le sucedía. Hasta que, a los 57, en aquella cita literaria de San Pellegrino Terme, sintió aquello para lo cual, según el escritor que aconsejó a Diego Gándara, había que esperar hasta tener cuarenta: sintió que tenía experiencias suficientes. Entonces se puso a escribir.

Es lamentable que la muerte le haya llegado de forma prematura; es de agradecer que le haya dado tiempo al menos de concluir su novela. “Kipling observa —refirió Borges— que a un escritor le está permitido urdir fábulas, pero le está vedado saber cuál es la moraleja. Swift se había propuesto enjuiciar al género humano y dejó un libro de lectura infantil”. Para la cultura popular, la obra de Tomasi di Lampedusa parece haber dejado como moraleja esa frase que en El Gatopardo es accesoria y casi trivial: “Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie”. Quienes se animen a ir más allá del lugar común y a recorrer sus páginas, disfrutarán de una novela extraordinaria.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Música de los años 50 y 60

Descubre por qué esta música es tan especial

Original de: Estación Vintage

Los años 50 y 60 marcaron un hito en la historia de la música. Los avances tecnológicos y los cambios de la sociedad hicieron posible uno de los mayores acontecimientos que dejaría una importante huella en el panorama musical actual: El nacimiento del Rock&Roll.
Musica 50 y 60Pero veamos un poco por encima como era el mundo en aquella época  y así entenderemos mejor como empezó todo.

¿Cómo era el mundo musical en los años 50?

Esta década se caracteriza por el gran impulso que los nuevos avances tecnológicos supusieron para la música. Pensad que hasta hacía unos años apenas existían los discos y fue en esta época cuando más se extendió su uso.
La radio que se había introducido ya en la mayoría de los hogares, permitía un acceso fácil y rápido a las últimas novedades musicales. En ella sonaban constantemente los anuncios de las grandes compañías a la par que proliferaban emisoras dedicadas a los éxitos del momento.
 
Surgieron las famosas listas de los top40 que eran los temas más escuchados en las Jukebox, las máquinas de discos con las que contaban la mayoría de locales de ocio y restaurantes .

musica vintage rock&rollEn segundo lugar tenemos el auge de las compañías de discos y la rápida expansión de los reproductores particulares que permitieron escuchar cómodamente las canciones que más le gustaban a cada uno. Y es que por aquel entonces escuchar música a la carta, sin depender del locutor de turno, era todo un lujo.
Y en tercer lugar y no por ello menos importante, la aparición de la televisión. Este invento popularizó mucho más a los artistas del momento. Sobre todo por la rápida difusión de este aparato, desde los primeros en blanco y negro a la aparición del color unos años después.

¿Qué música sonaba?

Al comienzo de los 50 convivían los ritmos del de jazz, blues, tango, fox-trot, bluegrass o Big Band. Por aquel entonces sonaban las voces de artistas legendarios como Jorge Negrete, Glenn Miller, Nat King Cole…  y por supuesto Frank Sinatra. El gran éxito de todos ellos fue debido en parte a las grandes compañías de discos pero sobre todo a su incursión en el cine lo que terminó de convertirlos en grandes estrellas mediáticas.

Frank Sinatra fue el primer cantante que utilizó la tecnología para situar su voz por encima del sonido de la orquesta. De esta forma consiguió acercarla más al oyente y que sonara aún más espectacular.

Pero no sólo fue la tecnología…

Otro factor bastante importante para el cambio que sufrió la música en esta década fue el desencanto con la sociedad y que sufrían la mayoría de jóvenes. Este desencanto se debía, sobre todo a circunstancias históricas como crisis, guerras, falta de empleo…
Estaban cansados de las canciones de siempre que pintaban un mundo idílico y feliz que no se ajustaba a la realidad. Deseaban un cambio, buscaban algo nuevo y con fuerza que identificase sus sentimientos. En los EE.UU empezaron a coger fuerza estilos como el Rhytm and Blues y el Country.

El nacimiento del Rock&Roll

Hay bastante polémica sobre cuál fue el nacimiento exacto del rock&Roll para unos fue la canción Rock around the clock, de Bill Haley and his comets (abril de 1954) y para otros That’s all right, de Elvis Presley. La expresión rock and roll (también rock ‘n’ roll o rock & roll) ya se utilizaba a finales de los años 30 en algunas letras del rhythm and blues pero fue el locutor estadounidense Alan Freed quien, en 1952 comenzó a utilizarla para describir este nuevo estilo de música que comenzaba a coger fuerza en las emisoras.

Elvis Presley el rey

Elvis Elvis es sin duda el Rey del rock debido principalmente a su personalidad, a su voz y a su carisma. Pero sobre todo por lo que, desde un inicio, representó no sólo para la música sino también para la cultura popular de entonces. Se atrevió a romper muchos de los esquemas de la sociedad conservadora trasgrediendo tradiciones morales y de conducta. Sus pantalones de corte ancho, sus bailes y sus movimientos de cadera dieron mucho de qué hablar a los mayores. El efecto contrario provocaban en los más jóvenes, miles de enloquecidos fans le seguían con fervor.
Tras uno de sus conciertos se publicó un mensaje en el diario local de la diócesis católica. Estaba dirigido al director del FBI y contenía diversas acusaciones. “Presley es definitivamente un peligro para la seguridad de los Estados Unidos. […] Sus acciones y movimientos buscan avivar las pasiones sexuales de los adolescentes“.
Seguro que hay muchos detalles de la vida de Elvis que a lo mejor no sabes y una de las mejores fuentes como siempre es la Wikipedia

Y no sólo fue Elvis

Por otro lado películas como “Rebelde sin causa” (1955) y su actor James Dean serían también un modelo a seguir para los jóvenes: pantalones vaqueros, peinados con tupé, sentimientos de incomprensión y rebeldía ante los progenitores y un ritmo que acompañaba todas ellas y se llamaba Rock&Roll.El Rock&Roll también vio nacer a muchas figuras importantes y trascendentales, imposible hacer un resumen de todas sus aportaciones y legado ya que es una lista muy larga. En ella destacan con fuerza nombres como Chuck Berry, Little Richard, Bo Didley, Buddy Holly. Sin olvidar a Jerry Lee Lewis, Fats Domino, Roy Orbison, Edie Cochran y The Everly Brothers, entre muchos otros. A partir de 1960 el auge del Rock&Roll empieza a decaer y deja de ser el ritmo que representaba a los ya no tan jóvenes y rebeldes de los 50. Comienza a surgir lo que sería la música rock, y marcaría un hito entre la naciente generación de los 60. James Dean Rebelde

Otro icono que nació también en esta época y que ha conservado su encanto y espíritu de libertad hasta nuestros días es la famosa furgoneta camper de vw, conoce aquí su historia y curiosidades

¿Y porqué fue tan importante?

El Rock&Roll también fue el padre de distintos subgéneros como el rockabilly, el doo wop o el hard rock y posteriormente garage rock, el punk rock y un largo etc. Hoy en día, algunos artistas de hard rock como por ejemplo AC/DC no dudan en definirse como músicos de Rock&Roll. Seguramente para resaltar su espíritu rebelde y su influencia musical.
Conjunto falda caniche
La influencia de la música también llegó a la moda. Las mujeres empezaron a usar las famosas faldas del caniche que eran de corte justo por debajo de la rodilla y muy coloridas. Por lo general, estaban hechas de tela de fieltro. Muchas de ellas estaban adornadas con una imagen de un caniche, de ahí su nombre. La falda era un resultado directo del deseo de moverse libremente para poder bailar Rock&Roll.
¿Te enseñamos a hacer tu propia falda caniche?

¿Y que se escuchaba en España en los años 50?

España entra en la década de los 50 con el casi monopolio de la Copla y el Pasodoble. También suenan con fuerza el Flamenco, Rancheras y algunos Boleros. Después de el aislamiento casi total sufrido en los años 40 la mayoría de los artistas son nacionales. Juanito Valderrama, Pepe Blanco, Antonio Machín o Jorge Negrete son algunos ejemplos. Y no sería hasta finales de la década cuando las listas se volvieron más globalizadas e internacionales.

viernes, 26 de octubre de 2018

La humillación de tener que demostrar la virginidad por ser mujer:

  "Metieron dos dedos y me dolió mucho"




La ONU ha lanzado una nueva campaña para exigir la prohibición de las pruebas de virginidad en los más de 20 países donde se ha documentado su uso.
Nabila fue sometida a un test de virginidad para optar a un puesto como policía en su país, Indonesia
Las mujeres de todo el mundo reivindican la igualdad en una jornada histórica"Estas pruebas no son científicas, son innecesarias desde el punto de vista médico y poco fiables", dice la OMS




Las mujeres de todo el mundo reivindican la igualdad en una jornada histórica EFE



Nabila estaba junto a otras 19 candidatas a policía en una sala de un hospital de la ciudad de Macasar, Indonesia. Tenían tres minutos para desnudarse y quedarse en ropa interior. Les dijeron que pasaran a una habitación que no tenía puerta, según la mujer. "Entrar en la habitación nos asustó mucho porque tuvimos que desvestirnos. Fue muy desagradable. Temía que después de que me hicieran la prueba ya no fuera virgen. Metieron dos dedos. Me dolió mucho. Mi amiga incluso se desmayó porque dolía mucho, dolía mucho", reiteraba Nabila, de 24 años,  en un testimonio recogido por Human Rights Watch.
Harshita, de Rajastán, al noroeste de India, denunció en 2016 que había sido violada de forma repetida por un familiar, que también era su vecino. El médico la sometió a la misma prueba y concluyó que su vagina "admitía dos dedos fácilmente" y que la mujer mantenía "habitualmente relaciones sexuales", a pesar de que el Ministerio de Salud había dado la orden de eliminar este tipo de exámenes, según documentó la ONG.

Carecen de base científica que las avalen y son degradantes, pero las mujeres y las niñas han sido sometidas a test para, supuestamente, demostrar su virginidad, también conocida como la prueba de "los dos dedos", en al menos 20 países de todas las regiones del mundo, según ha alertado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y ONU Mujeres.
Estos exámenes ginecológicos consisten en una inspección de los genitales para determinar, supuestamente, si una mujer o una niña han mantenido relaciones sexuales. En ellos se examina el himen para comprobar si se ha desgarrado o su abertura, para lo que se llegan a insertar dedos dentro de la vagina. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) es contundente:  "Estas pruebas no son científicas, son innecesarias desde el punto de vista médico y poco fiables".
Además, añade, "la búsqueda de medidas objetivas para determinar la virginidad de la mujer atentan contra su capacidad para tomar decisiones y presumen una falta de credibilidad. A pesar de ello, estas pruebas siguen practicándose en las clínicas y todavía se incluye en algunos libros de formación médica".
Se trata de un viejo problema en varios países. Se ha documentado su uso en Afganistán, Brasil, Egipto, India, Indonesia, Irán, Irak, Jamaica, Jordania, Libia, Malawi, Marruecos, Palestina, Sudáfrica, Sri Lanka, Swazilandia, Turquía, Zimbabwe y Reino Unido. En este último país se utilizaron para "verificar el estado civil" de las mujeres indias y pakistaníes que llegaban a Gran Bretaña en los años 70, según reveló The Guardian. También se han registrado casos en algunas comunidades en varios países europeos. Se considera que el alcance de esta práctica no está del todo documentado, por lo que podría ser mayor.

Las pruebas de virginidad están reconocidas como una violación de los derechos humanos, en especial de la prohibición del "trato cruel, inhumano o degradante", así como una forma de violencia contra las mujeres que se sustenta en otra forma de discriminación más profunda: la virginidad.
La norma social que obliga a las mujeres a ser vírgenes está basada, recuerda la ONU, en estereotipos que restringen la sexualidad femenina a cuando están casadas y lo vinculan con el honor y la "pureza". En la práctica, dicen, se convierte en una forma de controlar su sexualidad y sus cuerpos. "La virginidad no es un término médico o científico, sino un concepto social, cultural y religioso que refleja la discriminación de género", recalcan las agencias.
Los encargados de dictaminar si estas mujeres cumplen o no con los prejuicios machistas son los médicos, policías y líderes comunitarios. Las pruebas son a veces reclamadas por los padres o las futuras parejas para "averiguar" si ellas son "aptas" o no para casarse. También, como en el caso de Nabila, hay lugares en los que se exige como un requisito para contratarlas.
En ocasiones, son utilizadas con las mujeres presas y detenidas, que, explican, corren "un mayor riesgo de sufrir abusos y malos tratos", incluidos los exámenes forzados de virginidad. "Las pruebas a las reclusas son comunes e intimidantes", sostienen las agencias de Naciones Unidas.
"Cuando se realizan a mujeres detenidas por protestar u otras formas de activismo político, los exámenes forzados de virginidad perpetúan un clima de miedo e intimidación que les impide ejercer sus derechos civiles", recalca. Según documentó Amnistía Internacional en 2011, un grupo de manifestantes detenidas en la plaza de Tahrir, epicentro de las protestas en El Cairo, contaron que fueron sometidas a estas pruebas por el Ejército bajo la amenaza de acusar de prostitución a las que "no fueran vírgenes".
En algunas zonas, como le ocurrió a Harshita, estos exámenes se utilizan para determinar, supuestamente, si una superviviente de violencia sexual ha sido o no violada y las convierte en doblemente víctimas. "La virginidad de la mujer examinada no influye en si ocurrió o no la violación, ni tampoco predice cuán traumáticos o graves serán los efectos de la violación en una persona", insiste la ONU.
Los resultados de estas pruebas acaban repercutiendo en los procedimientos judiciales, lo que provoca que "las víctimas pierdan las causas judiciales y los autores de los delitos sean absueltos". Asimismo, estas prácticas pueden "causar daños adicionales al reproducir la agresión sexual, haciendo que la víctima reviva la experiencia y vuelva a sufrir un trauma".

Las secuelas en la salud de las mujeres

Además de dolorosas a nivel físico, las pruebas resultan "humillantes y traumáticas" para las mujeres y tienen consecuencias en su salud. La OMS menciona entre el rastro de secuelas que provoca estos exámenes algunas como la ansiedad, el pánico, la depresión, la pérdida del autoestima o dificultades que provocan que disfruten de la vida sexual.
"En casos extremos, las mujeres o las niñas pueden intentar suicidarse o ser asesinadas en nombre del 'honor", sostiene la ONU. También tienen impacto en su vida social: las mujeres y las niñas pueden sufrir estigma, o se les acaba negando oportunidades educativas y el empleo. "En algunas situaciones, 'fallar' una prueba de virginidad es percibida como una deshonra y vergüenza para la familia y la comunidad de la persona", explica.
Naciones Unidas ha reclamado a los Estados que prohíban estas prácticas. Algunos gobiernos locales y nacionales han dado pasos en este sentido y han promulgado leyes que castigan a quienes las realizan, como Afganistán. Sin embargo, recalca la OMS, "a pesar de algunos avances limitados, la prueba de virginidad sigue siendo realizada por profesionales de la salud en todo el mundo". Por esta razón, pide a las autoridades que hagan cumplir las leyes y a concienciar a los profesionales sanitarios.
Además, llama a desterrar estas prácticas desde dentro de las comunidades, que, a su juicio, son quienes deben "liderar" el fin de estos exámenes. Apuntan, sobre todo, a los defensores locales y los grupos que defienden los derechos de las mujeres.


sábado, 6 de octubre de 2018

¿Por qué tenemos miedo a las arañas?

¿De dónde surge la aracnofobia o ese miedo tan destacado a las arañas? Te contamos las conclusiones de este estudio.

Sarah Romero
¿De dónde surge la aracnofobia o ese miedo tan destacado a las arañas? Según un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Columbia (EE.UU.) la clave de este pavor es producto de la evolución del ser humano.

¿Por qué tenemos miedo a las arañas?El trabajo expone que en las etapas evolutivas más tempranas del ser humano, las arañas suponían una gran amenaza debido a sus venenos tan potentes, a la sutileza de sus escondrijos y a la forma de presentarse ante las víctimas; de hecho, en los albores de la evolución humana solo aquellos que tenían habilidades especiales para detectar este y otros tipos de animales, eran los que conseguían sobrevivir. De ahí que el miedo a esta clase de artrópodos acabase sellado en nuestro ADN con el paso del tiempo.

“Los seres humanos estaban en riesgo perenne, imprevisible y significativo ante el encuentro con arañas muy venenosas en sus ambientes ancestrales. Incluso cuando no era mortal, la picadura de, por ejemplo, una viuda negra en el mundo ancestral podría dejar incapacitado durante días o incluso semanas a un hombre, tiempo en el que se exponía a numerosos peligros”, explica Joshua New, líder del estudio.

¿Por qué precisamente arañas?

Para algunos, el miedo a las  arañas es innato y no aprendido. Según un dúo de psicólogos, las arañas son un peligro ancestral evolutivamente persistente con el que los humanos están especialmente sintonizados, incluso cuando no estamos prestando especial atención a cualquier otra cosa en nuestro entorno. Después de todo, nuestros antepasados coexistieron con estos bichos de ocho patas durante millones de años, y ser conscientes de las arañas y sus picaduras potencialmente mortales fue fundamental para la supervivencia.

Nuestro sistema visual puede haber conservado "mecanismos ancestrales" dedicados a la detección rápida de amenazas inmediatas y específicas que han persistido a lo largo de la evolución, de acuerdo con Joshua New de Barnard College y Tamsin German de la Universidad de California en Santa Bárbara. Como las serpientes y las arañas.
Por lo tanto, para probar este peligro ancestral, el dúo reclutó a cientos de estudiantes universitarios para una tarea simple: elegir la más larga de las dos líneas en una cruz que se muestre en la pantalla de un ordenador. Después de que los participantes completaron esta prueba unas pocas veces, los investigadores agregaron un objeto que brilló durante unos cientos de milisegundos en la pantalla. Estos objetos eran desde amenazas modernas (agujas hipodérmicas) hasta criaturas irrelevantes (moscas domésticas) o peligros ancestrales (arañas).  

Menos del 15% se dio cuenta y pudo identificar la ubicación de la aguja hipodérmica en estas pruebas de "ceguera por inatención". De manera similar, solo el 10% localizó con éxito la mosca doméstica. Sin embargo, cuando una araña o forma de araña aparecía rápidamente en la pantalla, más de la mitad de los participantes pudieron identificar y ubicar en qué cuadrante apareció.

Lo curioso es que las arañas no son una  amenaza tan grave en estos días, en comparación con el pasado profundo. Solo alrededor de 200 de 40.000 presentan serias preocupaciones médicas para adultos sanos, con cerca de 200 muertes confirmados al año en todo el mundo. Una cifra realmente exigua.


lunes, 24 de septiembre de 2018

¿Qué pasaría si no hubiera Luna?

Mucha gente se pregunta que sucedería si no hubiera Luna. Te contamos como sería el mundo sin nuestro satélite.

si no hubiera Luna
Nuestro planeta es único porque posee un satélite excepcionalmente grande: la Luna. De hecho, formamos un sistema planetario doble, algo absolutamente anómalo entre los planetas del Sistema Solar. Hasta su nacimiento fue anómalo: nuestro satélite nació cuando nuestro planeta estaba en su infancia y tras el impacto de un objeto mayor que Marte.
Si no hubiera Luna desaparecerían los eclipses y las noches serían mucho más oscuras. Las mareas también serían diferentes: de hecho, serían más pequeñas, alrededor de un tercio de lo que son ahora. Todo lo contrario a la época en que se formó la Luna: como se encontraba más cerca de la Tierra, ¡las mareas llegaban a los 9 metros!
Pero lo más interesante sería lo que sucedería a nuestro propio planeta. No somos conscientes del papel que desempeña nuestro (mal llamado) 'satélite' en la estabilidad de los movimientos de la Tierra. Por un lado, la presencia de la Luna frena la rotación terrestre, aunque de un modo muy, muy pequeño: del orden de unos pocos microsegundos por año. Claro que al cabo de los 5.000 millones de años que lleva nuestro planeta dando vueltas alrededor del Sol significa un buen pico. De hecho, sin Luna el día no duraría 24 horas sino ¡de 6 a 8 horas!

Y no solo eso. Sin ella la orientación del eje de la Tierra no se mantendría estable y experimentaría variaciones caóticas ´con el tiempo. Que estemos disfrutando de una sucesión regular de las estaciones durante millones de años es gracias a la Luna. Marte, por ejemplo, tiene dos lunas minúsculas y su eje de rotación ha cambiado 60º en los últimos 10 millones de años (en comparación, el eje terrestre oscila solo 1,5º cada 41.000 años). Las consecuencias climatológicas de una variación caótica del eje de rotación harían muy difícil que la vida evolucionara como lo ha hecho en el planeta.


Así actúan la literatura y la poesía sobre el cerebro

Poesía

Silencio atronador, muerto viviente, dulce amargura, noche blanca o monstruo hermoso son ejemplos de oxímoron, una combinación de dos palabras de significado opuesto que al unirse originan un nuevo sentido. Un estudio español publicado en la revista NeuroImage reveló que estas figuras literarias generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro.

Según los autores del estudio, del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, los políticos en sus discursos, los generales en sus arengas y los amantes en sus poemas han utilizado desde siempre ciertas figuras retóricas para convencer, infundir valor o seducir. Lo que hasta ahora no se había logrado era medir empíricamente la capacidad de una figura literaria para generar actividad cerebral en las personas.

"Nuestra investigación demuestra el éxito a nivel retórico de las figuras literarias, y la razón de su efectividad es que atraen la atención de quien las escucha" más que otras expresiones, explica Nicola Molinaro, autor principal del estudio. Concretamente, "se activa la parte frontal del  cerebro y se emplean más recursos de lo habitual en procesar a nivel cerebral esa expresión". El investigador señala que el resultado de los experimentos se relaciona "con la actividad que requiere procesar la abstracción de figuras retóricas como el oxímoron, que tratan de comunicar cosas que no existen".

Para los experimentos, Molinaro y sus colegas crearon varias listas de frases incorrectas, neutras, oxímoron y pleonasmos (vocablos innecesarios que añaden expresividad), empleando el mismo sustantivo como sujeto: la  palabra "monstruo". Concretamente, los investigadores han utilizado "monstruo geográfico" como expresión incorrecta, "monstruo solitario" como expresión neutra, "monstruo hermoso" como oxímoron, y "monstruo horrible" como pleonasmo. Después, se les mostraron estas listas a personas de entre 18 y 25 años y se midió su actividad cerebral cuando las procesaban por medio del electroencefalograma.

Los resultados muestran que cuanto menos natural es la expresión más recursos requiere para ser procesada en la parte frontal izquierda del cerebro. La frase neutra "monstruo solitario" es la que menos recursos cerebrales necesita para procesarse. En cuanto a la expresión incorrecta "monstruo geográfico", 400 milisegundos después de percibirla, el cerebro reacciona al detectar que hay un error.Sin embargo, en el caso de los oxímoron, como "monstruo hermoso", 500 milisegundos después de percibirse la expresión se midió una intensa actividad cerebral en la parte frontal izquierda del cerebro, un área íntimamente relacionada con el lenguaje que los seres humanos tienen muy desarrollada en comparación con otras especies.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Los animales que viajaron al espacio

¿Cuál fue el primer animal que viajó al espacio? ¿Qué pasó con todos los perros, monos y ratones enviados al espacio?


martes, 18 de septiembre de 2018

10 frases célebres de Agatha Christie

frases-agatha

Agatha Mary Clarissa Miller (1890-1976), más conocida como Agatha Christie, fue una escritora británica especializada en el género policial, considerada a nivel internacional como una de las más grandes autoras de crimen y misterio de la literatura universal.

Procedente de una familia de clase media-alta, estudió en distintos colegios privados e institutos de París. Su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920), acogería por primera vez la presencia de uno de sus más famosos personajes: el detective Hércules Poirot.

Christie recibió numerosos premios a lo largo de su prolífica carrera, que nos dejó obras como Diez negritos, Asesinato en el Orient Express, Tres ratones ciegos, Muerte en el Nilo, o Matar es fácil, entre otros muchos.

Se trata de una de las autoras más traducidas del mundo y sus novelas y relatos se han adaptado multitud de veces al teatro y al cine. Según el El Libro Guinness de los Récords, Agatha Christie es la novelista más vendida de todos los tiempos con 4 mil millones de novelas vendidas.

Os dejamos con algunas de sus frases más famosas:

“Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará”.

“El mal nunca queda sin castigo, pero a veces el castigo es secreto”.

“Lo más razonable que se ha dicho sobre el matrimonio y sobre el celibato es esto: hagas lo que hagas te arrepentirás”.

“Las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa”.

“Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único”.

“La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector”.

“Cuando no hay humildad, las personas se degradan”.

““La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor”.

“La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano”.

“En lo concerniente a las grandes sumas, lo más recomendable es no confiar en nadie”.


No estamos programados para ser felices, sino para buscar la felicidad

Un neurotransmisor, la dopamina, nos impulsa a perseguir constantemente el placer y la recompensa.


FELICIDAD

La  dopamina nace en una de las áreas más primitivas del cerebro y, a través del sistema de recompensa, fluye hasta el lóbulo frontal, una estructura más evolucionada que nos permite dirigir nuestra conducta hacia un fin. Esta región del cerebro es la más lenta en madurar y la primera en deteriorarse en la vejez y actúa como una máquina del tiempo que nos hace posible recordar el pasado y vivir el futuro antes de que suceda. Nos ayuda a anticipar sucesos, y en esa anticipación reside parte de nuestra felicidad y nuestra desdicha. Lo cuenta el psicólogo Dan Gilbert, autor del libro Tropezar con la felicidad.
En su opinión, el problema es que "el cerebro nos da en muchas ocasiones datos erróneos de lo que nos hará o no felices. Cometemos el error de pensar que lo bueno será muy bueno y lo malo, muy malo" Es preferible ser escéptico, basarse en datos científicos, mirar las estadísticas y cuestionar los consejos para encontrar la felicidad. Las estadísticas nos dan algunas claves sobre lo que hace felices a la mayoría de las personas. Por ejemplo, entre las recetas más usadas están las que dicen que para ser feliz hay que tener un buen trabajo que dé para vivir decentemente, casarse y tener hijos.
Con las cifras en la mano, vemos que es cierto que las personas casadas son más felices que las solteras o que las parejas de hecho y que viven más años. El matrimonio es una buena inversión en todas las culturas, sobre todo para los hombres, resalta Gilbert. Pero divorciarse cuando las cosas no van bien también aumenta la felicidad, en especial la de los hombres, que se sienten mejor de inmediato. Las mujeres tardan de media un par de años en volver a ser felices. En cuanto a los hijos, los números reflejan que suponen una exigencia que disminuye la felicidad, en especial de las madres, mientras son pequeños. El pico de infelicidad parental se sitúa entre los 45 y 55 años, cuando la carga de obligaciones es máxima. Para Gilbert, "El síndrome del nido vacío es un invento. Cuando los hijos se van de casa, la felicidad de los padres aumenta".

En cuanto al dinero, aumenta la felicidad cuando los ingresos llegan a 60.000 euros anuales. Por encima de esta cantidad, el dinero ya no está tan relacionado con el nivel de felicidad. Aunque puede aumentar si lo utilizamos en agasajar a los demás. Sin embargo, dejar de trabajar no es necesariamente una buena idea. Según Gilbert, descansar es una de las cosas que menos felices nos hacen, al contrario que practicar actividades placenteras –sobre todo el sexo, seguido del ejercicio físico– que nos hacen sentir mejor . La felicidad no se alcanza haciendo cosas exóticas, sino con recetas sencillas, como pasar más tiempo con la familia y los amigos. Somos los animales más sociales del planeta, por eso quienes dedican más tiempo a las relaciones y tienen más amigos son más felices.

Parte de la infelicidad surge de nuestro interior. No hay nada en sí ni bueno ni malo, es la mente humana la que lo hace parecer así. Y es que nuestra especie tiene una estructura evolutivamente reciente, la corteza prefrontal, que funciona como "un simulador que nos permite imaginar y anticipar cómo serán nuestras experiencias antes de vivirlas. Planificar acciones y tomar decisiones en virtud de experiencias simuladas mentalmente es, a priori, una ventaja. Sin embargo, puede convertirse también en la principal causa de que la búsqueda de la felicidad sea errónea pues esta parte del cerebro suele calcular bastante mal el grado de felicidad o de infelicidad que nos causarán las experiencias futuras". Somos malos predictores de la felicidad, según Gilbert.
No podemos cambiar lo ocurrido, pero sí lo que pensamos sobre ello. En caso contrario la "disonancia cognitiva" nos hará sentir infelices. En cambio, cambiar de perspectiva es muy positivo, como sucedía en la fábula de la de la zorra y las uvas. Sabiamente, la zorra, al ver que no tenía forma de cogerlas de la parra, decidió que no merecían la pena porque no estaban maduras. Esta habilidad de cambiar la forma de pensar es la piedra angular de la psicoterapia. Tener una mente abierta es fundamental. Las experiencias nuevas ejercitan el cerebro y nos hacen felices. 

Somos los animales más sociales del planeta, por eso quienes dedican más tiempo a las relaciones y tienen más amigos son más felices