Cierro los ojos y pienso que solo son apenas unos
kilómetros.
Sí, son escasamente unos kilómetros los que nos separan
y... hoy, especialmente hoy, esa distancia me atormenta, me angustia, me
destruye. Me resulta insalvable.
Insalvable, no por sentir que nuestros corazones puedan estar alejados.
No, nada de eso.
Insalvable por no poder apreciar la proximidad de tus
manos, ni el aire que exhala tu boca al respirar, ni el siseo de tu cuerpo
cuando acaricia el mío, ni la fuerza de tu pasión cuando, entre las sábanas
alborotadas, esbozas mi nombre.
Sí… Insalvable por no conseguir acariciar tu mirada con la ternura de mis manos, ni besar cada sonrisa de tus labios con la anhelante pasión que brota de los míos, ni perderme en el transparente pensamiento de tus ideas, ni… ni saciar tu deseo con mi propio deseo.
Insalvable, sí.
Insalvable por no poder cubrir tu cuerpo desnudo con
mi propia desnudez.
Insalvable por no poder suspirar dentro de tu boca.
Insalvable por no poder gritarle a tus entrañas cuánto
te añoro, cuánto te quiero, cuánto deseo estar a tu lado.
Insalvable por hallarme aquí recluida, cautiva de mí
misma, encarcelada en mi propia vida que he convertido en la torre oscura de
mis añoranzas.
Ven mi amor. Recorre esa leve distancia para mí y… y tómame
entre tus brazos. Méceme en el suave algodón de tú sonrisa. Salvemos unidos esta
distancia imposible y soñemos.
Soñemos que no nos separan los kilómetros, porque en
realidad nunca lo han hecho…
Soñemos que siempre estoy a tu lado, que tú siempre estás
al mío.
Tú solo, yo sola, como hoy, pero eternamente juntos.
Porque somos dos en un, somos uno con forma efímera de
dos.
Somos soledad y somos unión, somos pasión y ejercito.
Construimos vida donde otros solo crean desolación,
inventamos fuego donde otros solo ven hielo.
Somos dos corazones y un solo alma, somos dos almas
que viven en un solo corazón.
Hoy te echo de menos y tú… tú creas puentes cosidos
con arraigados sentimientos.
Ayer tuviste hambre de mi y te alimenté con palabras llenas de ternura.
A veces sentimos sed y nos saciamos con nuestras bocas.
Algunos dias somos desierto, y nuestras sonrisas propagan oasis.
Ayer tuviste hambre de mi y te alimenté con palabras llenas de ternura.
A veces sentimos sed y nos saciamos con nuestras bocas.
Algunos dias somos desierto, y nuestras sonrisas propagan oasis.
Antes de dar la vuelta y abrir los ojos suspiro al
viento mientros susurro en silencio…
- -
Soñemos juntos, al menos hagámoslo esta tarde. Soñemos
que la distancia es… salvable.
"Insalvable"
ResponderEliminarIntensa historia, profunda y llenas de matices.
Pero, entraña mucho sentimiento, el suficiente para que tenga un final feliz, por ello, me quedo con la última frase.
"Soñemos que la distancia es.... salvable."
Porque no hay distancia que el amor pueda separar.
Mi felicitación por tan bella historia.
Muchas gracias por tus palabras, y estoy de acuerdo contigo... Todo es salvable.
EliminarTodo en esta vida es salvable.
ResponderEliminarLa salvación procede y está en uno mismo.
Totalmente de acuerdo con tus palabras. Cada uno tiene la llave de sus días. Gracias por participar en el blog.
EliminarBonita historia, sí, pero muy repetitivo en mi juicio, las mismas palabra que con la que así titulas la misma.
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